Solo en casa: Transtorno de ansiedad por separación en perros.

En ocasiones, algunos propietarios/tutores de perros se ven inmersos en un auténtico problema sin haberlo deseado. Ilusionados, acogen a su nuevo amigo, un cachorro o un perro adoptado. Para cuando se quieren dar cuenta, tienen un grave problema que cambia su forma de vida. Muchas veces, se trata de perros de perreras o protectoras que han llegado allí ya por un motivo no resuelto.

Resulta que no pueden dejar sólo al perro dificultando su día a día, rompe cosas al dejarlo solo, vocaliza durante largos periodos de tiempo, araña puertas, paredes, rompen cristales, defecan y/o orinan en lugares no deseados, y los vecinos nos comienzan a amenazar con denuncias. A veces, estos, se convierten hasta en parte del problema, gritando al perro o aporreando las paredes para que se callen, con el consiguiente mal rollo y amplificación del problema. Esto último, si la situación ya es difícil, nada nos ayuda la tensión extra.

Hemos de entender varios conceptos antes de ahondar en la solución y entender que es lo que está sucediendo. A veces, pensamos que no tiene solución cuando la cosa ya es grave y nosotros mismos estamos empeorándola. Más de una persona sabrá ya que hablamos de la ansiedad por separación, en ocasiones, hasta se etiqueta a perros de padecerla sin serlo, por esto mismo es importante que un profesional valore la situación real. Vamos con los conceptos:

Concepto 1:

Todo mamífero ha de pasar por un proceso de aprendizaje del entorno, superación de miedos a lo desconocido y de desapego progresivo. Nuestras madres tienen un papel esencial en este proceso que puede marcar nuestra conducta futura, en cómo nos desenvolvemos con el entorno y socialmente. Pasamos de ser seres más o menos dependientes, a ser cada vez más conscientes de lo que nos rodea, descubrir el mundo, a enfrentarnos a las cosas nuevas que nos rodean, a ser auto-suficientes y resolutivos. Pasamos de estar en una burbuja acolchada que nos da seguridad a encontrarnos con muchas cosas nuevas para nosotros. Es parte de la vida. Es aprender a enfrentarnos al mundo y a lo desconocido.

Concepto 2:

La ansiedad por separación o AS es un proceso normal que todos, perros incluidos, pasamos a lo largo en de la vida en diferentes momentos. No es por tanto una etiqueta de una enfermedad o algo grave. Es un proceso natural adaptativo, que se produce cuando nos alejamos de algo a lo que estamos emocionalmente unidos, donde nos sentimos confiados y en nuestra zona de seguridad. La AS es por tanto producida en un momento en el que nos alejamos o perdemos nuestro objeto de apego; bien propiamente sea un objeto, una persona o animal, un lugar… A veces, tenemos que alejarnos de ellos por motivos varios (esperados o no) y se producen miedos de que pasará o tristeza por perdida de esas cosas/personas/lugares, iniciándose una situación de adaptación.

Es un malestar «normal», generado por unas emociones que nos inducen a aprender y adaptarnos a un cambio. ¿Pero, entonces? Leer el siguiente concepto.

Concepto 3:

El trastorno de ansiedad por separación o TAS es cuando esa ansiedad de la que hablábamos antes (AS) no está siendo gestionada correctamente, es mucha y genera auténtica angustia, tanta que produce reacciones desproporcionadas a nivel de conducta y fisiológico. No solo eso, sino que pasa a ser un problema para con los que nos rodean y para con nosotros mismos. Nunca es una situación que nos vaya a producir placer sino todo lo contrario, es un sufrimiento real aunque no sea físico, que activa el mecanismo propio de supervivencia del organismo a nivel fisiológico.

Por eso, hemos de comprender que el perro no se venga cuando rompe cosas (sofás, muebles, puertas, paredes…), ladra desquiciado u orina. Aunque un cojín o sofá que explota puede ser gracioso en un momento dado, la realidad es que esa angustia tiene que liberarse por algún sitio. Puede ser redirigida en forma de conductas destructivas o de escape, auténticos ataques de pánico… Hablamos de miedo a no sobrevivir sin esa persona, objeto o lugar. No siempre esas acciones están relacionadas con un TAS, por eso volvemos a insistir que un profesional tiene que realizar un análisis de lo que sucede antes de dar consejos y hacerse valoraciones superficiales.

¿Qué puede generar el TAS?

Por un lado, una separación excesivamente temprana de los cachorros de su madre. Se dice que cuando un cachorro ya come sólo, se puede separar. Ocurre frecuentemente. Y puede que tengamos más garantía de supervivencia porque ya es capaz de alimentarse, pero generamos un trastorno al interrumpir un aprendizaje natural de desapego, adaptación al medio que nos rodea, superación de miedos, entre otras funciones que tiene una madre. Problemas que se pueden manifestar a edad adulta, incluso agravados, a veces, hasta incomprendidos por no entender su origen.

El proceso de estar totalmente protegidos, a encontrarnos desnudos ante el mundo de golpe sin haber pasado un proceso de adaptación y un aprendizaje adaptativo, estamos en un estado de inseguridad y falta de confianza tal que nos supera, y por tanto, nos encontramos rodeados de miedos que surgen al alejarnos de una persona, objeto o lugar. No hemos aprendido a separarnos de eso que nos produce seguridad.

¿Qué más motivos puede haber?

La sobre-protección: Una persona o perro, al que se le protege continuamente, se le proporciona todo lo necesario y no aprende a enfrentarse a situaciones cotidianas, puede sufrir autentica angustia cuando esa persona no está o se aleja, les inundara la inseguridad a raudales. ¿Nos suena de algo el típico perrito que siempre va en brazos, teme de todo lo que le rodea (ladra a todo), si te acercas te muerde, si se le deja en el suelo ladra con auténtica angustia y ve todo lo que le rodea con miedo, todo lo que se sale de su burbuja es el enemigo?

Bien. ¿Y ahora que sabemos estas cosas? ¿Cómo lo solucionamos? Nuestros objetivos serían:

• Acudir a un profesional que analice y valore la situación, palpando el problema. Valorando si es necesario la aplicación de suplementos o fármacos, y el trabajo conjunto entre profesionales (con veterinarios) para ayudar durante el proceso en casos muy críticos.
• Identificar si realmente se trata de un TAS o no.
• Identificar el objeto de apego y el origen de este.
• Generar un aprendizaje de desapego progresivo.
• No romper nunca el vínculo de confianza que tenemos con el perro ignorándolo, castigándole o riñéndole.
• Aplicación de técnicas amables y asertivas que permitan al perro sentirse seguro y ganar autoconfianza, ampliando progresivamente su zona de seguridad.
• Incentivar la correcta gestión de miedos, sin inundarlo en ellos.
• Enseñarle que estar solos puede ser divertido y no el fin del mundo.
• Premiar sus avances.

Un profesional nos pautará como aplicar estos consejos adaptados al detalle a nuestro caso particular.

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